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La moda está enamorada del amor. El tributo a los corazones, el rojo y el rosa

Actualizado: 16 feb 2024


Reconozco que floto en la idea del amor... que canto en karaoke Eres para mi de Julieta Venegas... que puedo tener crushes eternos... que guardo cartas de hace 13 años y que podría confesar por horas mis conductas enamoradizas en un podcast, pero, aquí hablamos del vestuario.






Y como quería escribir algo relacionado con el sentimiento de querer pero, me fluye más hablarlo desde el vestir, me di cuenta de que al exteriorizar mis sentimientos de felicidad, tiendo a elegir figuras tiernas en los conjuntos que armo. Por ejemplo, desde que vi a Nana Osaki usando la chaqueta de corazón de Vivienne Westwood (1987) en el anime 'Nana' (2006), quedé flechada para siempre.


Por eso hoy, nos adentramos en la historia del símbolo de corazón, cómo se volvió tan popular en la moda y por qué cada vez que lo usamos, le hacemos un homenaje al pop art.












Amuletos mágicos


La conexión entre el corazón y el amor fue indispensable para griegos, romanos y egipcios. Tanto, que después de la muerte, se creía que el corazón era pesado contra la pluma de la verdad con el fin de determinar qué tan pesado se había vuelto en la tierra.


Por eso, cuando la forma gráfica del corazón aparece en la antigüedad, su significado tiene varios cambios. Desde ser simple decoración en las monedas de la ciudad de Cirene (antigua ciudad griega), hasta relacionarse con las propiedades purificantes de la hiedra o a tener referencias católicas frente al amor divino que eran plasmadas en las capillas.



Fue hasta la Edad Media, al rededor del siglo XIV que los "heart offerings" u "ofrecimientos de corazón", fueron inspiración para poemas y canciones. Así, con la carga romántica que se construyó a partir del arte y la literatura, no fue sorpresa que para 1400, prendieran del pecho de las mujeres broches en forma de corazón, amuletos y talismanes mágicos representando la fidelidad y la protección contra espíritus malignos.


Los denominados “luckenbooth” en Escocia o “hechizos de amor” estaban decorados con granates color rojo intenso. Amuletos tallados en metal como joyas, espejos, anillos, cofres, dagas y cerámicas se popularizaron como símbolo de lealtad por siempre.



¿Se imaginan que alguien les regale hoy un collar con un mechón de pelo adentro? sería rarísimo. Por eso la época Victoriana fue tan misteriosa, en el caso particularmente amoroso/romántico. Cuando los relicarios se masificaron, se guardaban dentro de ellos mechones de cabello de seres queridos y eran regalos exclusivos. Una práctica muy inusual que pasa a la historia, según Kristen Bateman para W Magazine, como el primer intento de tener un bolsito en forma de corazón.




Prácticas ancestrales



Aunque en un principio, los corazones fueron el furor en las joyas, ahora son muy populares en textiles sublimados, estampados y bordados. Patrones que tienen un origen en el Ikat, una técnica de teñido que se hace sobre los hilos antes de convertirlos en tela.


La técnica Ikat, se dio en varias regiones en simultáneo. Mientras que en la India, Uzbekistán e Indonesia se hacía tradicionalmente, también se creaba en Latinoamérica precolombina la misma metodología llamada Jaspe, que adornó las prendas típicas guatemaltecas.



Es un proceso que requiere muchas manos artesanas. Hacer Ikat, en Asia, es una actividad tradicional que se realiza desde el siglo XVIII. Un textil exclusivo para reyes, reinas y clase alta de la época.


La producción de ikat empieza desde el cultivo de gusanos de seda hasta el proceso de teñido que puede tardar varios meses. Se lavan los hilos, se doblan, se enmarcan, se templan y se empiezan a establecer los patrones.


La diferencia con otras telas es que el Ikat se tiñe con tintes naturales. Cúrcuma, cáscaras de nueces, pétalos de rosa o azafrán, pintan los hilos antes de tejerlos.



Lo curioso es que siempre resultan en patrones con figuras de corazón, sin importar el espacio geográfico, cosa que los hace especiales. Incluso, los ikat de la India eran una forma de moneda a lo largo de la Ruta de la Seda en la antigüedad.



Plastic heart


Mientras en Francia se tallaban las ventanas con figuras de corazones, en Suiza se bordaban en telas, desde Reino Unido se construían cajas de madera para guardar cartas de amor que llegarían en el siglo XIX a través del Atlántico hasta Norte América para darle inicio a San Valentín. Con una oleada de tarjetas, bombones y calles inundadas en señales neón, surgió el símbolo gráfico del corazón. Un primer referente del deseo y amor platónico.


A partir de ese momento, el arte pop lo acogió y lo relacionó directamente con el diseño y las emociones. Así, los closets de los años 50 y 60 se llenaron de estampados con referencias al amor. El pop art, le añadió a un simple producto textil, además de usabilidad, un significado personal. Una conexión íntima que generaría una emoción particular al usar la prenda.





Es decir, el pop art, mezclado con el vestuario, funcionó como una máquina generadora de recuerdos que le regaló al mundo el icónico conjunto de Agnetha Fältskog en ABBA (1970), un mono rosa con abertura en el centro, diseñado por Owe SandstrÖm o la chaqueta de corazón de Vivienne Westwood que ha sido muy popular en la cultura japonesa Harajuku desde los 80 y 90’s.





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Con la influencia de las caricaturas, el anime y el auge de lo kawaii, se expandió entre 1990 y 2000, la popularización del corazón en la moda. Ya no estaba solo en la camiseta de I ❤ NY sino en la industria tecnológica.


La entrada de los emoticones al mundo digital en 1995 trajo con Docomo -la empresa móvil que introdujo por primera vez el al lenguaje visual- un mar de emociones a las pantallas y que con cierto aire nostálgico dominó al mundo, rindiéndole tributo al arte pop a través de piezas con sentimiento alegre, espontáneo y divertido; se veían corazones con colores vivos, escarcha y volumen.






Amor y amistad


Los corazones tuvieron su reaparición en el street style del 2019 y 2020. A nivel global por la colección primavera - verano de Paco Rabanne y en Latinoamérica con la entrada de Daniela Salcedo a Moda Operandi, el ADN de amor y amistad infinito de Pink Magnolia en México, además, el lanzamiento de la colección Ex Cupida de Luisa Eloísa.




Me parece interesante cómo los años pasan y la figura del amor eterno, combinada con el rojo y rosado evoluciona en comunidades digitales. Por ejemplo, a través del 'Lovecore'. Un estilo nacido en 2021 ligado al - ya olvidado - Cottagecore.


El estilo 'Lovecore', se basa en el sentimiento de la cultura manufacturada del romance. Refleja el gusto por los corazones, el rojo cereza, siluetas bombachas, textiles satinados y, por supuesto, elementos vintage de los 50. El lovecore es basicamente, el sentimiento que refleja la torta de Blank Space de Taylor Swift.





Aunque ya hemos visto los corazones más icónicos en la moda. Algunos extravagantes, soñadores e infantiles.










Este adorno es un clásico que seguirá presente para llevarlo como broche, amuleto o alrededor del cuello.


Siempre haciendo tributo a nuestro escape teatral y dramático a través del vestir.












ଘ(੭ ˘ ᵕ˘)━☆゚.*・。゚ᵕ꒳ᵕ~-@meraaaaki 



.・。.・゜✭・.・✫・゜・。. Fuentes .・。.・゜✭・.・✫・゜・。.

 
 
 

1 Comment


Ok amando este blog.

Amo los corazones 💖 enviando amor 💘 que lindo lo que hacen 💕

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